Poco más de un año hace desde que las puertas de La Dispensa Madre se abrieron. Este primer local, ubicado en la calle Santa Cruz, número 10, de Dalt Vila, en Ibiza, ha resultado ser el comienzo de un proyecto que crece a base de ideas, sin pensar en limitaciones. De “La Madre” surgieron cuatro retoños, y como si de un cuento se tratase, cada uno fue creciendo y formándose con su propia personalidad, en cuanto a decoración, funcionalidad y ambiente se trata.
En esta ocasión os hablaremos de “La cueva”, una de las salas más misteriosas, fantásticas y artísticas de La Dispensa.
Este salón, mágico e íntimo, acoge a parejas y grupos reducidos de personas que prefieren la intimidad que profieren sus gruesos muros de piedra. Esta antigua casa payesa reformada está caracterizada por contener auténticas piezas de arte traídas de todas partes del mundo. Relojes dorados, cuadros con platos y cubiertos posados boca abajo, auténticos jardines colgantes en sus baños y una magnifica e imponente lámpara al estilo Art Decó, son solo algunos de los componentes que harán que levantes la vista del plato o que, seguramente, jamás la llegues a bajar.
Pero no solo para grupos reducidos es ideal este emplazamiento. La cueva dispone, además, de otro habitáculo más íntimo y acogedor aún si cabe. Bajando un escalón, con una mesa alargada y un sillón con cojines que la rodea, se encuentra una pequeña caverna, perfecta si lo que quieres es estar rodeado de todos tus amigos o familiares.
Esta galería llama la atención por su decoración e iluminación de diseño, que siguen las premisas de mestizaje y fusión, señas de identidad de la casa.
Este énfasis en el diseño, el gusto por el detalle y el arte no es casualidad, pero mejor, hablamos más a fondo de todos estos aspectos en un próximo post.
